Estas dos lesbianas no paraban de chupársela mutuamente, pero cada día ansiaban una polla de verdad. Como no querían a ningún hombre, fueron a buscar la polla más grande que se les ocurrió, que era el caballo de su vecino. Sin nadie alrededor, fueron al jardín del vecino y se burlaron del caballo, que no pudo resistirse a que se le pusiera dura la polla en la boca de estas dos mamadoras profesionales.
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